Cuando me despierto
temprano, ya no miro la autopista por la ventana. No me importa adónde van
todos tan apurados.
Me quedo acostado y
solo me muevo para buscar uno de los libros que saqué de la biblioteca de la
escuela. Y me pongo a leer.
Porque ahora que por
fin aprendí, las letras empezaron a decirme un montón de cosas.
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